Y eran las 20:00 horas, cuando ella se aparece. Se presenta sin saber nada pero con una motivación por aprender que ya la quisiera una adolescente. Entregada completamente al aprendizaje, nunca opuso ninguna resistencia. Solo flow. Ganas, muchas ganas.
Yo le hacía clases, pero en el fondo estaba convertido en una aspiradora de conocimientos ancestrales. Todas las sesiones aprendí de ella. En realidad sigo aprendiendo. Tiene tanta actitud que como a los 3 meses de estar escalando y entrenando juntos, le ordené probar en top-rope una ruta que había terminado de equipar por la tarde. Me contestó: ¿qué es escalar en Top? Sorprendido, me percaté que solo había escalado en top en su primera clase. Desde su segunda sesión donde punteó su primer 5.7, volando desde cerca de las cadenas, escalar de primero se convirtió en algo natural para ella, sacando siempre los pies a tiempo de cuerda y evitando el pavor descontrolado de encontrarse muy por encima de la cinta. Tal vez, una de sus debilidades, es una gran fortaleza. Al no poder destrepar, ella va siempre hacia arriba. Si te toca asegurarla, seguro será tu maestra para poder aprender a dinamizar. Y si te toca convivir en un base, aprenderás de Vinos buenos, categoría 93, de emprender, de fracasar, volver a emprender, de gozar, de las cosas importantes para ser feliz y de darlo todo. Es decir, una coach de compañera.
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July 2021
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